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Actualizado el 7 de marzo de 2025
7 de marzo de 2025
3 min de lectura
Thomas Hobbs
Los fabricantes quieren que tu dispositivo se quede obsoleto cada vez más rápido. Esto supone más gastos para ti y un mayor impacto ambiental. Pero puede que haya una alternativa.
Recientemente WhatsApp anunció que su nueva actualización obligatoria dejará de ser compatible con los iPhone 5s, 6 y 6 Plus, dejando obsoleta la app en estos antiguos modelos de Apple.
Este no es un caso aislado, sino que forma parte de una tendencia más amplia que promueve la obsolescencia programada. Los fabricantes tecnológicos ofrecen actualizaciones de software solo por un tiempo limitado. De hecho, en promedio, estas actualizaciones para móviles están disponibles por aproximadamente siete años. Una vez que este período finaliza, los teléfonos más antiguos (y con ellos, aplicaciones esenciales como las de mensajería y banca digital) se vuelven prácticamente inútiles al no cumplir con los últimos requisitos de seguridad.
Nina Quellier, directora global de activismo de marca en Back Market, asegura que el enfoque de las grandes tecnológicas "no favorece a las poblaciones con menos recursos", ya que obliga a las personas a gastar constantemente, incluso en tiempos de crisis económica.
"En algún momento, te verás obligado a cambiar de modelo y comprar uno más reciente, porque el objetivo de los gigantes tecnológicos es fomentar compras regulares", añade Nina. "En promedio, la gente cambia de smartphone cada 2.5 años, cuando en realidad podrían durar mucho más".
¿Hay esperanza? Todo apunta a que Right to Repair (Derecho a Reparar) podría traer buenas noticias. Este movimiento tiene como misión principal alargar la vida de aparatos como ordenadores y smartphones, haciendo de su reparación un “derecho fundamental” y permitiendo que reacondicionar estos dispositivos sea mucho más fácil que con las normas vigentes.
En Europa se preparan cambios legislativos para obligar a los fabricantes a garantizar al menos cinco años de compatibilidad de software. Right to Repair, sin embargo, considera que esto no es suficiente. Su propuesta es que los dispositivos reciban actualizaciones de funciones durante al menos diez años y actualizaciones de seguridad durante quince. “Separar las actualizaciones de seguridad de las demás puede simplificar el proceso y permitir que los usuarios puedan mantener sus dispositivos al día sin comprometer su seguridad”, explica Alexandre Tanay, gerente de asuntos públicos de Back Market. “Y esto no debería limitarse solo a los smartphones”.
“¿Dónde acaban todos estos dispositivos? En vertederos, en el fondo de los cajones o simplemente en la papelera. Así que es vital alargar su vida útil. Un buen mantenimiento del software es parte de la solución, porque facilita su reparación”.
Por eso, hacer que nuestros smartphones y ordenadores sigan funcionando con las últimas actualizaciones y los protocolos de seguridad es un asunto crucial. “La obsolescencia programada es una injusticia social y económica”, afirma Nina. “Deberíamos poder conservar nuestros dispositivos durante más tiempo, sobre todo porque cada nuevo lanzamiento se presenta como ‘la mejor pieza tecnológica jamás creada’”.
Aparte de lo costoso que resulta para una persona promedio tener actualizados sus dispositivos, también hay un coste ecológico que deriva de la práctica de las grandes corporaciones tecnológicas que empujan a los consumidores a renovarlos constantemente. La basura electrónica es el flujo de residuos sólidos que más rápido crece en el mundo. Se calcula que solo en 2022 se produjeron 62 millones de toneladas de residuos electrónicos en todo el mundo, de los cuales solo el 22,3% se recogieron o reciclaron oficialmente.
Nina se pregunta: “¿Dónde acaban todos estos dispositivos? En vertederos, en el fondo de los cajones o simplemente en la papelera. Lo más triste es que solo se recicla una pequeñísima parte de ellos. Así que es vital alargar su vida útil. Un buen mantenimiento del software es parte de la solución, porque facilita su reparación”.
La próxima vez no te dejes deslumbrar por ese anuncio llamativo que te anima a cambiar de dispositivo. Pregúntate: ¿realmente necesito el último modelo de smartphone? ¿Es realmente tan distinto y novedoso que el que salió hace dos años? Apoyar movimientos como Right to Repair es promover una conciencia más responsable y sostenible y un equilibrio más justo en nuestra vida cotidiana.