Teníamos que hacer algo...

Barcelona se prepara para la llegada del Mobile World Congress: un año más la ciudad crece y se densifica para acoger a los anunciados “gigantes de la industria global”. Las grandes marcas de tecnología acuden a la feria con las últimas novedades en electrónica y un adelanto de lo que saldrá al mercado en 2024. 

2000 empresas, 80 000 visitantes y más de un 50% de los asistentes con grandes cargos de managers seniors. En definitiva, mucha gente hablando de tecnología e innovación y tomando decisiones con un fuerte impacto en el sector: teníamos que hacer algo, aunque los del congreso no quieren que difundamos nuestra participación en el evento…

Por eso, no tenemos fotos oficiales, pero en Back Market somos muy de buscarnos las vidas (para la tech o para nosotros mismos): os traemos algunos robados desde la calle y lo que se ha difundido en redes.

¿Lo más innovador tiene que ser nuevo?

Novedades, innovación, lo último de lo último, lo que vendrá el año que viene, la tecnología más puntera, high-tech, el último modelo, lo más nuevo en el mercado…

¿Cuándo nos vamos a cansar de este bombardeo? El Mobile World Congress es una de las mayores ferias tecnológicas del mundo y, por tanto, una oda a todos estos grandes adjetivos sobre la tech. 

Sin embargo, lo que nos preguntábamos ante un evento de este tipo es: ¿realmente están pensando en el futuro los que aún son abanderados del consumo desenfrenado?, ¿el futuro del planeta pasa realmente por nuevos modelos que llegan un año después del anterior con apenas algunos cambios? Y, lo más escandaloso para Back Market, ¿dónde están las alternativas de menos impacto para el planeta en este evento? 

Por eso, nos decidimos a plantarnos allí con solo una frase. No hay reacondicionados dentro del Mobile, pero al menos que los haya fuera. En la puerta. Bien grande. Un mensaje claro y directo que dejara la pregunta flotando en el aire a todos los asistentes del evento más puntero de la tecnología. Hoy, en 2023, ¿dónde está realmente la innovación?

Avance tecnológico, retraso ambiental.

Desde la revolución digital, el ritmo de la industria tecnológica se ha disparado. Entramos en una inercia que parece complicado frenar y las consecuencias empiezan a ser evidentes tras décadas de “evolución”.

La basura electrónica, o el e-waste, ya es el tipo de residuo que crece a mayor velocidad en el planeta. Según un informe de Naciones Unidas, cada año se producen aproximadamente 50 millones de toneladas de residuos electrónicos y eléctricos, de los cuales solo el 20% se reciclan de forma adecuada. Porque sí, la leyenda de que no todo lo que se lleva al contenedor del reciclaje se recicla, es cierta en el caso de la electrónica. Lo cual es un tema grave si además, tenemos en cuenta que los materiales utilizados en la fabricación de estos productos son recursos limitados que se desperdician al desecharlos sin reciclarlos.

La explicación es sencilla: el ritmo de producción se ha acelerado de tal manera con el consumo actual que no hay infraestructuras suficientes para procesar toda la basura electrónica generada. Solo en 2019 se produjeron 53,6 millones de toneladas de residuos electrónicos. En 2021, aumentó con 61 millones de toneladas de e-waste. Lo que significa un crecimiento del 14% respecto al año 2019. No damos a basto.

¿Cuánto cuesta la fiebre del último modelo?

Esta es la parte más incómoda de la conversación porque, cuando hablamos de e-waste tendemos a pensar en grandes montañas de basura tirada en vertederos dudosos. Sin embargo, el impacto se puede contar desde el móvil que llevamos a diario en el bolsillo. 

Lo grave del asunto es que solemos quedarnos al final de la cadena, con el impacto de la basura no reciclada. Pero, en realidad, el 80% del impacto ambiental de un dispositivo tecnológico se produce durante su fabricación y uso, no en el momento de tirarlo a la basura. Por ejemplo, según los últimos datos de ADEME, se necesitan 243,6 kg de materias primas para producir un móvil y 6.551 kg, para solo un ordenador portátil.

Después de años de revolución tecnológica y digital, ya tenemos datos del problema en crecimiento de los residuos y del impacto ambiental del proceso de fabricación… ¿a qué esperamos para buscar soluciones con el futuro de la electrónica?

Reacondicionar sí que es innovar.

Desde Back Market, la respuesta inmediata a este problema medioambiental forma parte del origen de nuestro proyecto. El reacondicionado de productos electrónicos permite prolongar la vida de la tecnología:

• ahorrando materias primas de la fabricación de nuevos productos,

• ahorrando emisiones y gasto energético de la producción y procesos de reciclaje

• disminuyendo el volumen de residuos generados con modelos nuevos cada año.

Además de elegir el reacondicionado como categoría más innovadora de la tech, en Back Market queremos ir un paso más allá para avanzar en los productos alternativos de la electrónica. Por ejemplo, contamos con un laboratorio interno en el que se estudian piezas y procedimientos de reacondicionado y visitamos a nuestros reacondicionadores de confianza para ayudarles a seguir evolucionando en el buen camino de la tech.

Por eso, nuestro mensaje llama la atención sobre la dirección a la que debe dirigirse el mundo de la tecnología:

 “QUERIDOS EXPERTOS, REACONDICIONAR SÍ QUE ES INNOVAR”.

¿Veremos un congreso en 2024 con alternativas para el planeta bajo el techo del Mobile?