Presentados hace unos años por Apple, estos dos smartphones siguen siendo relevantes para los usuarios. Ambos ofrecen una excelente relación calidad-precio. También son perfectos ya que responden perfectamente a las expectativas de los usuarios que buscan un aparato funcional y económico.

El iPhone 6S es un año más antiguo, sin embargo tiene el mismo tamaño de pantalla que el iPhone 7. Es una pantalla Retina de 4,7 pulgadas. También cuenta con un chip Apple A9, 2 GB de RAM y 32 GB de almacenamiento (frente a los 128 GB del iPhone 7). Aunque no tiene algunas de las características del iPhone 7 (como el sensor de huellas dactilares y el conector de iluminación), es suficiente para un uso normal. Incluso es bastante agradable de usar, para la fotografía. Su cámara trasera tiene 12 MP (como la del iPhone 7), mientras que su sensor frontal tiene 5 MP (frente a los 7 del iPhone 7). También es capaz de grabar vídeo en 4K, al igual que su competidor.

Aunque el diseño de estos dos modelos es similar, es en el apartado de las prestaciones donde el iPhone 7 destaca. Este smartphone está equipado con un chip Apple A10, que es hasta un 40% más potente que el del iPhone 6 S. Tiene cuatro núcleos, frente a los dos del modelo rival. Esto facilita la satisfacción de tus necesidades si te gusta jugar mucho a los videojuegos o ver contenidos de vídeo. El iPhone 7 también es resistente al agua, una característica de la que carece el iPhone 6S, y ofrece 2 horas más de batería que el iPhone 6S. En cuanto a la fotografía, aunque los sensores son similares, el iPhone 7 sigue rindiendo mejor en condiciones de poca luz. Tiene una mejor apertura y análisis de profundidad de campo.

Si lo que buscas es un smartphone fácil de usar, económico y pensado solo para un uso estándar (llamar, enviar mensajes de texto y navegar por Internet), el iPhone 6S es suficiente. Si quieres jugar a los últimos juegos y/o ver vídeos, el iPhone 7 será sin duda más adecuado porque es más potente.